la advertencia de Jacqueline Rose, en Madres: un ensayo sobre la crueldad y el amor, de que «nunca debemos subestimar el sadismo que pueden generar las madres». Esta dinámica se deriva en parte de sobrecargar la función maternal con un lastre de amor y cuidado de los demás abnegado, ilimitado, incondicional, sin reservas ni resentimientos, dentro de unos sistemas que hacen que resulte una empresa difícil o imposible, ya sea desde el punto de vista sociopolítico, económico, psíquico, o todos ellos.