«No se trata solamente de que las historias o las tramas estén bien trabajadas, los personajes armados de manera convincente, ciertos momentos estelares magníficamente construidos, o las transiciones temporales se nos antojen perfectas. Se trata de una cualidad particular que parece tener Roncone: un ojo clínico para determinar el mejor momento narrativo. (…) Hay cariño por los personajes en este libro, compasión por las vidas que les ha tocado vivir, a ratos incluso cierta esperanza velada de redención. La misma esperanza que, al terminar el libro, siente uno como lector por la literatura chilena.» Francisco Díaz Klaassen. «Extraordinario y entrañable (…) este libro, tal como sus personajes, no es parte de una carrera sino que es lo que es: un objeto delicado, triste, solo, pero no por eso menos poderoso o grande. No hace falta tiempo para que mejore o se potencie; solo le hace falta encontrar a los lectores correctos.» Alberto Fuguet