El concepto de ruptura del intercambio metabólico hace referencia a la ruptura social y ecológica ocasionada por el desarrollo del capitalismo. Con el desplazamiento de la agricultura en pequeña escala y la industrialización, los campesinos perdieron sus formas tradicionales de subsistencia. Desconectados de la tierra, de su metabolismo social y de su producción, se vieron alienados de su entorno natural. Al mismo tiempo, el flujo de productos (y de nutrientes) fue desplazado del campo a las ciudades, provocando degradación en los lugares de extracción y contaminación en los puntos de consumo (Moore, 2003). El surgimiento del trabajo asalariado a través de la mercantilización de la tierra y de la mano de obra está en el núcleo de esta ruptura. La desposesión de las tierras comunales padecida por los agricultores de subsistencia y por los pastores dio como resultado la proletarización de las poblaciones rurales, que emigraron a los centros urbanos en busca de trabajo (Marx, 1976). Según Moore (2003), quienes aún poseían tierras, en general acabaron altamente endeudados, favoreciendo la inestabilidad y la sobreexplotación por parte de los capitalistas. Tal proceso condujo a un declive de la productividad, ampliando así la frontera en pos de nuevos suministros de mano de obra y tierra.