A veces las apariencias engañan.
Todo el mundo creía que ella era una juerguista… y él era famoso por su miedo al compromiso. Zoe Brown parecía el paradigma de chica de ciudad. Sus amigos pensaban que tenía la capacidad de cambiar rápidamente de trabajo… y de hombre. Zoe no se atrevía a confesar que en realidad no era ninguna vampiresa… sino que era virgen.
Por eso se quedó tan sorprendida cuando se dio cuenta de que había revelado su gran secreto a su jefe, el millonario Jay Christopher, un hombre que acostumbraba a solucionar los problemas en cuanto estos salían a su paso. ¿Cómo solucionaría el problema de Zoe?