Farsa sacramental. Hernán Lopez de Yanguas
Fragmento de la obra
Farsa sacramental
(Comienza la obra con las exclamaciones de asombro que al pastor Jerónimo le arrancan las extrañas señales y cambios que observa en la naturaleza y en todo lo que le rodea, y dice:)
Jerónimo: Llamar quiero a Ambrosio, si habrá deslindado
algún quillotrijo de aquestas señales
por ser ellas tantas, tan nuevas y tales
que nunca se han visto jamás en tal grado.
¿Ambrosio, carillo?
Ambrosio: Acá so aballado.
Jerónimo: Abrázame, hermano.
Ambrosio: Par Dios, que me praz.
Jerónimo: Salúdete Dios con fe, pan y paz.
Ambrosio: Y a ti todo aquesto te venga dobrado.
Jerónimo: ¿Adónde las dejas?
Ambrosio: Por esos oteros,
Jerónimo, quedan, par Dios, retozando;
que nunca en mi hato después que en él ando
tan hartos he visto jamás mis carneros,
ovejas y cabras y manso y corderos,
ni pacen, ni balan, ni curan de siesta,
que todos los hatos están pracenteros.
(Jerónimo le asegura que lo mismo ha advertido él y al momento llega otro zagal diciéndoles que viene pasmado de lo que ha visto, y lo refiere con las palabras de Virgilio, autoridad que al margen saca el autor, de que podrán pastar juntos corderos y lobos, los bueyes andar entre tigres y leones, los galgos y las liebres, las aves menudas y los gavilanes y las perdices y garzas con los halcones. Pero no los puede sacar de su incertidumbre sobre lo que tal cosa significa. Esperan que lo haga otro zagal más instruido, llamado Gregorio, que se presenta vestido de fiesta. Viene con el mismo asombro y contento; pero las señales que éste vio fueron cambios en los signos del Zodiaco y en los Astillejos, en los Triones y en las Cabretas. Vio danzar a Diana (la Luna) en la esfera primera, a Mercurio en la segunda, a Venus en la tercera, a Apolo el la cuarta, a Martes en la quinta.)
Gregorio: Y Jove en la sexta sus haldas en cinta;
Saturno bailaba en la séptima esfera.