600 libros desde que te conocí

Me gustaría que fuésemos diez años más jóvenes, o veinte años más viejos, y pudiésemos contentarnos con nuestro brandy, y cultiváramos los sentidos. Pero, a decir verdad, a veces pensaba en otras cosas: novelas y aventuras. ¿Por qué no acabas tu novela? Deberías hacerlo.

Te alegrará saber que he estado ordenando mis libros: los huecos entre los libros son horribles.
Tuya siempre,

V. S.

Siento como si quisiera leer bibliotecas enteras, pero por supuesto no lo haré. Mi silla está rodeada de libros y ni siquiera los cojo.

No sé lo que haré cuando llegue al final, pero para eso todavía faltan quince volúmenes y medio. Y supongo que siempre se puede volver a empezar.

cuando uno se ha cansado del mar, puede comenzar a prestarle atención a la costa, que es preciosa.

Mi devoción por los jóvenes inteligentes me provoca una especie de parálisis mental, hasta el punto de que no puedo ni imaginarme lo que son capaces de producir en una conversación las mentes de todos los que nombras. ¿Tú sí puedes…? Yo no, ni por un momento.

¿De veras te vas a Italia pasado mañana? Quelle joie! [¡Qué alegría!] Cuando estés entre tus olivos, piensa de tanto en tanto en este aterrorizado espectro que garabatea sin cesar y de cuyo fantasmal cerebro no dejan de brotar delirios en vano, ¡en vano!

Yo he estado leyendo a Voltaire, Vathek, de William Beckford, y a mademoiselle de Lespinasse, y creo que debería continuar con Darwin (Emma)

También me invitaron a pasar una semana con los Russell para conocer a Gilbert Murray y a su esposa; a Jane Harrison, F. M. Cornford y Mary Sheepshanks.16 Todo era demasiado rancio: no fui capaz de enfrentarlo.

London Library y la redacción del Spectator.