. Sin embargo, no es hora de detenerse en pequeños placeres, hay que salir, salir de esta habitación, salir a donde sea, sentir con mayor intensidad la felicidad, la libertad, dejar que los miembros se ejerciten, que los ojos se llenen, pues hay que estar despierta, más despierta, hay que estar viva con los poros y sentidos abiertos de par en par.