El virrey y el capellán recupera para la historia cultural mexicana un episodio clave, hasta hoy a buen resguardo en los archivos o bien apenas visto y dicho desde la historia demográfica: la polémica en que se trabó el virrey Revilla Gigedo con el editor de La Gazeta de Literatura de México, José Antonio de Alzate, una vez que este hombre de letras tuvo la osadía de cuestionar y hacer pedazos el resultado del padrón de población de la capital de la Nueva España de 1791.