La sonrisa de Audrey Hepburn

Invento a otro que justifique

mi insignificante derrota,

porque no soporto

que mi desvelo de ser todo

coincida irónicamente con la nada

Me convierto en lo que como.

Soy eso que me llevo a la boca.

Parra pisoteada seré

espuma deliciosa,

aroma y pulpa,

cuerpo para el sacrificio

Sexo cosmético en el paladar, tiras de chocolate

en la sombra del apetito, gajo para poner al límite,

matemática de la nuez en su mitad exacta.

Lo que se lame es simbólico,

comer para vivir es un sueño,

se vive del instinto del sabor.

En lo que como se balancea una divinidad

El cuervo es un río, una constelación,

la calle deforme de una ciudad

donde cada día

nos quitamos los ojos por amor

Hago el ejercicio de la doble,

la dos veces nacida,

la dos veces invisible.

Entretanto, mi desacuerdo sueña

con el signo de ser nadie