Esa confluencia sólo es posible cuando la imaginación desdibuja los límites entre disciplinas como la ciencia, la filosofía y el arte, y cuando el pensamiento y la búsqueda de la verdad se conciben como una actitud única. ¿Por qué razón la simplicidad, la simetría y la belleza son cualidades que caraterizan a las teorías correctas? Ese es un gran misterio en cuya solución quizás haya ecos de la “Oda a una urna griega” de John Keats, que, en traducción de Julio Cortázar, dice: