«Christian estaba convencido de que sería capaz de dominarla y Yukako dejó que siguiera con aquella mentira; le divertía jugar con él. Le gustaba hacerle creer que porque tuviera un cuerpo musculoso y en forma de alguna manera significaba que sería ella quien acabara atada al crucifijo. Inocencia juvenil contra una mujer experimentada. Yukako sonrió al pensar en lo que tenía planeado para él. Su plan era que él se arrastrara voluntariamente hacia la cruz y le rogara que lo atara. Eso sí, esperaba que tuviera más resistencia que el resto de hombres con los que había estado.»
Después del fallecimiento de su compañero Michael y una larga etapa de duelo, Yukako vuelve a reconectar con su libertad sexual a través de látigos y otros juguetes sexuales en Delirium, un espacio seguro para los y las amantes del placer y el dolor.
En sus obras, Sandra Norrbin permite que la sexualidad femenina sea el centro de atención, independientemente de las reglas y expectativas de la sociedad. A través de su amplia red de contactos en las comunidades BDSM y swingers, nunca faltan ideas para nuevos relatos eróticos.