Auliya (Biblioteca Era) (Spanish Edition)

Dice el dicho que hay tres cosas que ahuyentan el pesar: ver lo que nunca se vio, oír lo que nunca se oyó y pisar tierra que nunca se pisó

Sólo Leila reconoció en esa hermosa mujer de pelo larguísimo a la adolescente que había abandonado Achedjar hacía diez años.

la voz del mar, que le llenó los oídos y el corazón.

Levantó la cabeza y vio ante ella a un antílope. Con la certeza sin sombras de sus sueños, lo supo. Era Jauasi,

Vio su reflejo; sus largas orejas, sus bigotes.

Su bieron durante semanas por las suaves pendientes, siguiendo las veredas de arena que llevaban a los bosques.

Está poseída por el espíritu del forastero, majnoun, ende moniada. ¿No te das cuenta? –gritaba su padre.

–Está triste. Eso es todo –contestaba Leila, encogida, llo rosa.

un secreto que le permitía sonreír a pesar del dolor.

dolor de la pérdida la llenó de una rabia blanca y áspe ra

”Estoy cansado, Auliya. Debo dormir. Tal vez pueda seguir hablando contigo mientras sueño.”