Los que miran

a gente no tiene ni idea de que mientras fingimos habitar en el mundo habitamos todo el rato en esa colcha o en aquella imagen.

una imagen que es objeto

lo vivido nos ha punzado hasta necesitar la ficción

Es el cuerpo que lucha o la resistencia entrenada a ese desdén lo que ayuda a soportar la sentencia de las miradas de los otros junto a un veredicto físico que, probablemente, renovaría por oposición el deseo de

uando la muerte social coincide con la muerte física, ambas no se fundan

imaginar es como esa deriva incontenible para los agnósticos cuando creer se nos hace impostura y comprender, por momentos, convierte la trascendencia que imaginábamos en vulnerabilidad de insecto.

La imagen procede de un tiempo inmóvil, que es el tiempo de lo afectivo, de lo religioso y de la muerte

Él desconoce que el ataúd no era una cama, sino una máquina de frío que pretendía parar el tiempo, aunque sea un poco. Él no advierte que el ordenador también puede serlo, pero que sobre todo hoy ambos son parte de nuestro límite.

En algún momento descubrí, y lo hice con pasión, que nadie alcanza a hacer reflexiva la herida sólo habitándola sin compartirla con otros, que nadie sobrevive sin interpelar a otros

Y no basta la escritura, pero es necesaria.