Nos pasábamos horas hablando en secreto en busca de la esoterike harmonía, el estado de serenidad que los ejercicios de phobologia tienen que producir. Como una cuerda de cítara que vibra con pureza y emite sólo la nota de la escala musical que le corresponde, así el guerrero individual debe despojarse de todo lo que es superfluo en su espíritu hasta que él mismo vibra en esa sola nota que su daimon individual le dicta. La búsqueda de este ideal, en Lacedemonia, prosigue en el campo de batalla, más allá del miedo; se considera la suprema encarnación de la virtud, andreia, de un ciudadano y hombre.