Solo podía pensar en vengarse de ella, pero quizá su belleza consiguiera aplacar su ira.
Declan Gates, el muchacho sin futuro en otro tiempo, era ahora un próspero millonario, y Lily Wharton lo necesitaba para que la ayudara a recuperar la casa de sus ancestros. Pero Declan no tenía ninguna intención de sucumbir a las súplicas de Lily; se quedaría con la casa, se haría con su negocio y después se la llevaría a la cama… algo con lo que llevaba muchos años soñando.
¿Sería posible que el simple roce de los cálidos labios de Lily le hiciera olvidar sus despiadados planes?