Porque tiene razón, como siempre, aunque no me guste. Hago justo lo que ha dicho, y ni siquiera lo hago solo con las historias ficticias, sino con las que están a mi alrededor.
Al fin y al cabo, me resultaba muy sencillo imaginarme enamorada de Roy Gardner y fantasear con lo trágico de un amor no correspondido, pero no sé cómo gestionar las historias que suceden de verdad a mi alrededor, porque salen de mi control. Porque yo puedo elegir cómo se sienten unos personajes, pero no cómo se siente Diana o cómo se siente Gilbert.