El Creador del hombre ha dispuesto la maquinaria viviente de nuestro cuerpo. Toda función ha sido hecha maravillosa y sabiamente. Y Dios se ha comprometido a conservar esta maquinaria humana marchando en forma saludable, siempre y cuando el agende humano quiera obedecer las leyes de Dios y cooperar con él. Que la presente obra, con la bendición de Dios, revitalice el interés en los principios generales de la temperancia y en la obra de defundirla, y al mismo tiempo nos impulse a realizar hechos concretos en favor de una vida más sana.