Una cataplasma. Extrae las toxinas de la sangre y acelera la curación del paciente. Por desgracia, no previene los comentarios sarcásticos. —Saca unos vendajes de su chaqueta y se da la vuelta hacia Cardan—. Deberías irte.
—Esta es mi habitación —protesta, ofendido—. Y esta es mi esposa.
—Ya, no dejas de repetirlo a todas horas —replica Bomba—. Pero voy a quitarle los puntos, y no creo que te apetezca verlo.
—Quién sabe —añado—. A lo mejor le gustaría oírme gritar.
—Claro que me gustaría —dice Cardan, levantándose—. Y puede que algún día lo consiga.
De camino a la salida, me desliza una mano por el pelo.