El limbo bajo la lluvia

No tenían a nadie más, sus familiares eran aquellos músculos que los abrigaban como hermanos.

Llegó finalmente el día en que, tras largas y sufridas sesiones de abdominales y trabajos de bíceps, tríceps y cuadríceps, afloraron bajo la piel, tímidamente, las hinchazones, unas pequeñas bolas duras y lisas, como promesas de metal.

sólo podré volver a ver en sueños. El resto me lo puedo imaginar, gracias a la costumbre

Me pregunto si el amor se desvanece como las nubes, y el corazón duele después más por desconcierto que por otra cosa

sin embargo, tiene un secreto que lo ayuda a vivir tranquilo: sabe que algún día, y todo es sólo cuestión de paciencia, llegará a viejo. Entonces se dejará caer al lado de una alberca, de un estanque o del mismo mar, y se convertirá en roca.

Además, si lo sigue usted mayugando se nos va a descuajeringar.