Si bien los números pueden servir de apoyo a algún comentario conceptual, de ninguna manera pueden esgrimirse como argumentos irrefutables. Dicen, por ejemplo, que un jugador corrió diez kilómetros en un partido. Eso se refiere, simplemente, a la cantidad, no a la calidad, que es lo que podría definir la actuación de ese futbolista. Otro ejemplo: un pase de gol deja de ser tal si el que lo recibió no convierte el tanto. En cambio, si alguien tira un córner al bulto, la pelota cae en la cabeza de un compañero y este marca, los «numerólogos» lo consideran un pase de gol. La situación no es real, pero cuadra con las estadísticas.