obra propuesta por Sabatier remite, por un lado, a los orígenes del cine debido a su dimensión hipnótica (la función de cine suele ser comparada a un ejercicio de hipnosis) y, por otro, a su dimensión imaginaria, incluso a su superación, ya sea por introyección o proyección (el artista considera el disco como soporte para la película). Esa es, sin duda, la paradoja del modo de existencia oral de la película, entre supresión y relevo, reactivando una memoria post-mortem del medio.