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Книги
Paula Bonet

La anguila

  • Abril Castilloцитирапреди 4 години
    Pintando aprendí a mirar, entendí que la realidad es mucho más compleja de lo que parece, la pintura me ayudó a resolver lo que no se puede decir con palabras y es en la mancha donde consigo entender algo. Observo en ella la urgencia, la duda, la calma o la furia de aquel o aquella que la ha trazado. Analizo si hay control en la técnica o si aquello es cosa de una mano torpe que todavía ensaya el gesto. Advierto si quien mancha es complaciente consigo mismo y con el mercado o si es un suicida. Tiemblo con la belleza de un arrastrado o de una veladura magnífica, me olvido de que estoy viva, siento el placer que se siente al introducir el cuerpo frío en una bañera de agua templada.
  • Juan José Martín Andrésцитирапреди 8 месеца
    Tatiana Andrade se empieza a narrar así en su libro La vida láctea.
  • Juan José Martín Andrésцитирапреди 8 месеца
    Es difícil darse cuenta de que una está empezando una historia con un maltratador, el maltratador es un experto en crear espacios que la víctima cree que son seguros.
  • Juan José Martín Andrésцитирапреди 8 месеца
    También porque mi primer amante me doblaba la edad y como era tan buen orador –dentro y fuera del aula– supo comunicármelo con mucha eficacia a una edad temprana, pero me he tenido que enfrentar demasiadas veces a mí misma para saber algo del deseo del género al que pertenezco. Puta.
  • Juan José Martín Andrésцитирапреди 8 месеца
    Dacia Maraini habla de cómo nuestros cuerpos, derechos y maternidades son el campo de batalla donde el patriarcado despliega toda su artillería
  • Juan José Martín Andrésцитирапреди 8 месеца
    Mi piel tiene que ser suave en los brazos, en las ingles, en el pubis, en las rodillas y en los codos. Mi piel ha de ser siempre joven para ellos, porque si no se irán con una más joven. Intenta irte tú a tus cincuenta con uno de veinte. Depravada. Babosa. Asquerosa vieja de mierda.
  • Juan José Martín Andrésцитирапреди 8 месеца
    Adrienne Rich habla del cuerpo de la mujer como algo impuro y corrupto que amenaza a la masculinidad: algo que desea y es diabólico y sangra y se corre. Y lo enfrenta al cuerpo del único otro tipo de mujer que el patriarcado concibe: el de la pura, asexuada y sagrada. El de la virgen.
  • Juan José Martín Andrésцитирапреди 8 месеца
    No sabía que en el país al que huía se había derramado tanta sangre
  • Juan José Martín Andrésцитирапреди 8 месеца
    Pero –algunos, siempre algunos– no la quieren en un ejercicio de amor romántico, o de promesa de fidelidad, o de creación de brigada noble y afectiva, no. La quieren –algunos– para satisfacer sus ansias varoniles, para acrecentar su ego, para perpetuarse ellos mismos como depredadores –y qué masculina y qué bien suena la palabra en su boca, redonda, la palabra depredador en su boca después de un traguito de vino–, para olvidarse de la decrepitud a la que sus cuerpos no inmarcesibles empiezan a entregarse sin tener en cuenta lo que los cuerpos exultantes de vida de ellas desean.
  • Juan José Martín Andrésцитирапреди 8 месеца
    Ninguna frontera tienta más al contrabando que la de la edad
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