«En la doble emergencia —el accidente y la salida— la representación del conjunto, la vocería principal, la asume Mario Sepúlveda. Su personalidad arrolladora y liderazgo concitan la atención mediática y de quienes quisieron aprovechar algo del aura de fama transitoria que emitía. El halo de la popularidad. Mario Sepúlveda se convierte en la personificación del resto de sus compañeros de desgracia. Este libro nos revela que se preparó, intuitivamente, para la ocasión; para ocupar el escenario y las eventuales conferencias.
Concentrándose en él y su entorno familiar Emma Sepúlveda extrae un retrato caleidoscópico de un Chile popular. Su infancia increíble es la infancia increíble de muchos y muchas. La pareja compuesta por Mario y Katty ilustran el extenso guacherío presente en la pobreza chilena y latinoamericana. Niños y niñas que padecen el abandono, con padres conocidos o desconocidos; que sufren abusos; que soportan la sordidez y promiscuidad de la violencia intrafamiliar, el alcoholismo, la manipulación, las burlas, el miedo; víctimas de la explotación del trabajo infantil. Niños repartidos “como animalitos, entre los familiares que nos aceptaban”. Guachos. Vulnerados y vulnerables especialmente por la carencia de familia, de cariño. La soledad. El abandono. Las humillaciones.
Parece extraordinario, pero no lo es. Las salidas de escape son reconocibles: el internado, la conscripción militar, el vagabundeo (con su tacita choquera y una cuchara), la delincuencia, la religión. Y, en el mejor de los casos, la resiliencia con empatía social que rompa el círculo de la desesperanza: el estudio vespertino, el trabajo.
«Los pobres sabían que yo era uno de ellos y, aunque no sabían los detalles de mi vida, adivinaban que mi pasado era igual al de ellos». (M.S.) "