Por las molestias —murmuró. Esa noche, Azucena se suicidó.
Liah Annhцитирапреди 3 години
ielo negro tiene decenas de deudas pendientes, me robé pedazos de la vida de varias personas y consulté a mucha gente para darle coherencia.
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La señora Armengol sintió que se desmayaba. Afuera, el bramido de una motocicleta se alejaba por las calles desiertas, perdiéndose en la noche.
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Venía acompañada de un cheque de caja por diez millones de pesos.
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«Por favor, úselo bien y no haga pendejadas. Atentamente, La Puta».
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En la mesa había un sobre que simplemente decía: «Sra. Armengol»; lo tomó con manos temblorosas para abrirlo. Era una carta de apenas una línea:
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Esta vez escuchó pasos. Vio la luz apagarse y oyó la puerta trasera azotar de un portazo.
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¿Quién anda ahí? —llamó insegura. Silencio.
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Más ruidos. Temblorosa, la mujer se incorporó lentamente, como deseando que el ladrón se fuera antes de que ella bajara. Caminó despacio hasta la escalera.
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Su trabajo de contadora en una fábrica textil no daba para mantener a tres hijos. C