Pájaro del sueño

y te toco nacer llorando para que la piel se acostumbrara a la sal.

Podías haber nacido a sonrisas al tiempo que a penas

Quisiera reinventar tu obra

arrancando de la tierra los rastrojos de las almas

para que se pudran enredadas a tus pies cuando nos pises.

Con lo que te quiero

y estoy sola.

Distante de ti, sola.

Y mi espera, larga,

no cesa al encontrarte

Moría sin ti sabiéndote a mi lado.

Moría por dormir bajo la noche

agazapada entre el lino.

Y su olor, ausencia

de lágrima entretenida,

moría por no saberte cerca.

Mi vida crece contigo

sin que tú lo sepas.

Cuando mi ojo infantil otea,

esperanzado por descubrirte.

Y de semana en semana

mis manos crecen

mis ojos crecen

en el prólogo del encuentro.

La tierra es tan pequeña

como tu ojo infantil

que me habla de dragones.

Hoy ya no concibo

más que el paisaje de tu boca,

ilusionada de tanto cielo.

Todo pierde sentido

si tú duermes.

Poner en mi mano

la mejilla soñada

de tu rostro

sintiendo los años

-digo o quiero decir-

lamentando.

Sintiendo cada día

la ausencia de tu aliento.

Tu voz sostenida

en una pizca de viento

a miles de kilómetros

La contradicción de tu boca

me trae un beso distraído.

Agradecida la caricia

-digamos bien intencionada-

que a tus carnes sorprende.