Ser semejantes a Jesús en carácter es el ideal de Dios para su pueblo. Desde el principio fue el plan del Señor que los miembros de la familia humana, creados a su imagen, desarrollaran caracteres semejantes al suyo. Pero ante la caída de nuestros primeros padres, tal propósito sufió un giro que requirió la puesta en práctica de los medios previstos para desarrollar el plan original. Que las insutrucciones y los consejos preciosos que llenan las páginas de este libro nos ayuden a ampliar nuestra experiencia cristiana, fortalezcan nuestra esperanza en la victoria final del bien sobre el mal y cumplan con el cometido original: una raza de seres humanos que disfruten de gozo y paz desde ahora y lleven la imagen divina por la eternidad.