Memorias póstumas de Brás Cubas

y los brillantes, menos refulgentes que sus ojos

Esto que parece un simple inventario eran notas que yo había tomado para un capítulo triste y vulgar que no escribiré.

el sueño, que es una grieta del espíritu,

Teme la oscuridad, Brás, huye de lo ínfimo.

Cada época de la vida es una edición, que corrige la anterior, y que a su vez será corregida también hasta la edición definitiva, que el editor regala a los gusanos.

Estrechaba contra el pecho mi dolor taciturno con una sensación única, algo a lo que se podría llamar voluptuosidad del tedio.

la franqueza es la primera virtud de un difunto

La tristeza había marchitado todos los rostros; el del viudo tenía la expresión de una roca cincelada por el río.

Un tío mío, canónigo de prebenda completa, solía decir que la sed de gloria temporal era la perdición de las almas, que sólo deben ambicionar la gloria eterna.