Psicología del vestido

juventud ha sido dotada de privilegios que no tenía antes y la madurez ha perdido voluntariamente sus dignidades anteriores a cambio del derecho a compartir la apariencia y las actividades de la juventud.

ido la elegancia sino la juventud, la libertad y la actividad, los ideales dominantes de estos años de posguerra.

La imitación de una moda es siempre, en un sentido, una alabanza para aquellos a quien se copia.

viejo no nos inspira el mismo sentido de veneración que sentíamos antes

En correspondencia con la rapidez del cambio en nuestro medio, nos hemos hecho menos conservadores, más intolerantes con lo viejo y más enamorados de lo nuevo;

pocos datos de los que dispongo apuntan a que la excesiva satisfacción con la ropa es una compensación de una extrema intolerancia del cuerpo desnudo, intolerancia que se funda en un fuerte complejo de castración.

hecho, puede decirse que la Iglesia ha institucionalizado la antigua tendencia de los hombres a proyectar su culpa sexual en las mujeres; aceptaba la aplicación general de la fórmula «la mujer me tentó» y trataba de oponerse a la sexualidad combatiendo la fuente de tentación del atractivo femenino.

quitarse las prendas es un signo de respeto masculino y la retención de las prendas un signo de respeto femenino; las ropas de los hombres son tratadas como si fueran usadas con propósitos de exhibición y las prendas de las mujeres como si fueran usadas con propósitos de pudor

opa parece constituir un sustituto inconsciente de la cruda exhibición sexual

desaparición gradual de la armadura se debió indudablemente a los progresos de las armas de fuego