Cien piezas narrativas unidas por la común deformación de la realidad que sucede cuando se deja volar la imaginación. Sucesos domésticos, leyendas olvidadas, noticias de los medios de comunicación, intuiciones sobre el sentido de una fecha o de un signo, sueños, lecturas y relecturas, reflexiones y anécdotas mínimas pasados por el filtro de la ficción, que se constituyen en un diario fantástico de la experiencia de ser escritor. Este libro se inserta en la antigua tradición marginal de la literatura española que alumbró los “jardines de flores raras” de los que hablara Julio Caro Baroja.