Lourdes Pinel

  • Claudia Htцитирапреди 2 години
    la Hora de los Picos Deformes.
  • Claudia Htцитирапреди 2 години
    Fue entonces cuando lo sentí. Cuando sentí esas llamas negras que me quemaban las tripas
  • Claudia Htцитирапреди 2 години
    Pensé: a lo mejor está aquí mi cuerda. Pero en el pajar solo había polvo y unos pies colgando de la viga.
  • Marcia Ramosцитирапреди 2 години
    entonces cuando me di cuenta de que las paredes lloraban un agua negra que se deslizaba por el suelo hasta filtrarse por una trampilla. De la trampilla salían gritos. Gritos de mujeres. De mujeres que preferirían estar muertas.
  • Marcia Ramosцитирапреди 2 години
    más sensato vuelvo a zambullirme en su piel de tacto membranoso que me recuerda a lo de esta mañana, cuando nadaba en el río rodeado de aquel espanto
  • Marcia Ramosцитирапреди 2 години
    más sensato vuelvo a zambullirme en su piel de tacto membranoso que me recuerda a lo de esta mañana, cuando nadaba en el río rodeado de aquel espanto
  • Marcia Ramosцитирапреди 2 години
    El Conde la escudriñó con sus ojos huecos, y después rio, rio, rio con esa risa que solo puede salir de un armario vacío. Después se encerraron, y tal y como habían hecho desde que la señora comenzó a vivir en Palacio, no salieron en muchas noches ni en muchos días
  • Marcia Ramosцитирапреди 2 години
    erizos

    «Los recuerdos son como los erizos: si los acaricias, acaban haciendo daño», dice mi padre cuando me arropa. Yo creo que lleva razón. Porque algunas palabras te vienen a la mente como púas, como cuando mamá prometió no abandonarnos jamás, pero en el último momento tuvo que arrepentirse, y desde entonces papá me acuesta todas las noches y me clava sus dedos como agujas debajo de las sábanas
  • Marcia Ramosцитирапреди 2 години
    Parece fuego.
    Pero una noche de viento, cubrió el brocal con un tablón más grande. La niña, con voz subterránea, dijo:
    —Madre, no cierres, no cierres.
    Pero la mujer no la oyó
  • Marcia Ramosцитирапреди 2 години
    vio que asomaba la cabeza de una mujer calva. Los ojos de la mujer eran blancos, aunque centelleaban como si estuvieran hechos de sangre, y las manos estaban llenas de ceniza, con dedos largos y oscuros
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