AÑO DEL SEÑOR
El año del Señor de dos mil y lo que siga
—dudo de que podamos llegar a tres mil—
es un constructo ajeno a nosotros,
algo para familias o tutores legales.
Entre estas paredes, bajo este techo de cristal,
los años son desde septiembre y hasta agosto.
En esta sucesión hay poco margen para la sorpresa:
septiembre es, sin excepción, un mes de trabajo enajenado,
y octubre es una jaula