Andrea Chapela

Nuestras vidas son dos rectas que se cruzaron una vez y que se separan para nunca encontrarse de nuevo.

Esta es una oportunidad para recuperar esos lugares en la ciudad que me encantan aunque los conocimos juntos. Los reconoceré y los haré míos de nuevo.

las luces de los edificios eran tantas como para oscurecer las estrellas

¿Habíamos vivido la misma relación? ¿Había sido real o solo mi percepción personal? ¿Cuánto había filtrado sus molestias, su insatisfacción? ¿Por qué no hubo un aviso para saber cuándo nuestras versiones de la realidad eran ya tan diferentes que se habían vuelto incompatibles?

me pareció siempre muy adulto eso de despertarse, hacer café y sentarse a hablar mientras se revisa el estado del mundo en la red

Los recuerdos me duelen en el estómago sobre todo porque se sienten lejanos

En la reja me encuentro con el poli comiendo una torta de tamal

Con mis filtros caídos, la ciudad pulcra a la que estoy acostumbrada desapareció y me encuentro mirando el esmog por primera vez en años

pegajoso como si fuera un caracol que expulsa baba

Me miro la falda a ver si quedó alguna mancha de baba de torniquete, pero no hay ningún rastro