Santiago Beruete

Pronto veremos cómo su condición de lugares de ensueño y delicias los aproxima a la utopía y los convierte en una herramienta crítica para analizar los sueños de perfección social

Y en este sentido es también un documento de la singularidad de una cultura y un lugar, si bien desde Walter Benjamin3 sabemos que todo documento de civilización lo es también de barbarie.

El hecho de que los seres humanos se empeñen en convertir un trozo de tierra en un edén evidencia su necesidad de paz, serenidad y equilibrio, sometidos como están a la permanente contradicción entre su destino mortal y su vocación de permanencia, entre su deseo de orden y su temor al caos, entre el poder de su razón y el desorden de sus instintos. E

El hecho de que los seres humanos se empeñen en convertir un trozo de tierra en un edén evidencia su necesidad de paz, serenidad y equilibrio, sometidos como están a la permanente contradicción entre su destino mortal y su vocación de permanencia, entre su deseo de orden y su temor al caos, entre el poder de su razón y el desorden de sus instintos. E

El hecho de que los seres humanos se empeñen en convertir un trozo de tierra en un edén evidencia su necesidad de paz, serenidad y equilibrio, sometidos como están a la permanente contradicción entre su destino mortal y su vocación de permanencia, entre su deseo de orden y su temor al caos, entre el poder de su razón y el desorden de sus instintos. E

A fin de cuentas, levantar bancales, podar árboles, cortar setos, plantar y cavar ayudan a desarrollar virtudes como la paciencia, la tenacidad y la gratitud, que se nos antojan requisitos imprescindibles para conseguir que germine, florezca y fructifique un texto.

condición de lugares de ensueño y delicias los aproxima a la utopía y los convierte en una herramienta crítica para analizar los sueños de perfección social.

de arte viva dotada de una compleja simbología

El jardín es un lugar para ‘los entusiasmos filosóficos’

La sabiduría enigmática de los vegetales ha ejercido un gran poder de fascinación, al que no ha escapado ninguna cultura, ningún pueblo, ninguna época.