Ana Serrano

Por otra parte, si el Estado ha de pedir seriamente perdón por los atropellos cometidos, las disculpas deberían ir acompañadas por un proceso participativo e incluyente de construcción de una memoria colectiva y un relato público nacional —o, más bien, plurinacional—

Donde la víctima es objeto de un ataque, el vencido es sujeto de una lucha. Si la víctima padece la acción de otro, el vencido es el sujeto de la acción propia, aunque dicha acción no haya tenido éxito.

El nacionalismo convierte a México en la Tenochtitlán de hace quinientos años mediante una trasmutación narrativa y sobre esa falsa equivalencia funda buena parte de los discursos identitarios con los que se justifica la existencia del actual Estado mexicano.

Navarrete muestra que los números son evidencia de que el ejército que tomó la ciudad en el verano de 1521 estaba formado por una diversidad de aliados nativos con sus propios líderes y sus propios intereses: según los cálculos del investigador inglés Matthew Restall el ejército que sitió, destruyó y tomó Tenochtitlan estaba compuesto por 200 nativos por cada soldado español.

la conquista como imposición del orden colonial nunca terminó de lograrse ni puede verse como un triunfo absoluto y totalizante, como el nacionalismo mexicano ha narrado siempre.

Ante la dramática disminución de la población local (los historiadores concuerdan en que en torno al noventa por ciento de la población nativa murió entre guerras, hambrunas y epidemias en la primera etapa del establecimiento del orden colonial), el tráfico de esclavos desde África se intensificó para permitir el proyecto extractivista que dio en la explotación de lo que llamaron “Nuevo Mundo”. Se crearon las categorías de negro e indio para oponerlas a la categoría de blanco y los cuerpos quedaron desde entonces racializados, ya sea como inferiores o como privilegiados.

Ese orden colonial posibilitó el surgimiento de estructuras sociales, políticas y económicas que cambiaron el funcionamiento no solo del territorio que hoy llamamos América sino del mundo entero. Durante el virreinato, los pueblos indios, agrupados en una nueva categoría de manera paulatina, fueron creados como una categoría oprimida: la categoría “indio” quedó establecida. Pero no sólo surgió esta categoría: otras estructuras y ordenamientos surgieron del orden colonial.

En palabras de Cumes, las mujeres europeas quedaron racializadas como mujeres blancas como categoría privilegiada, ordenada por encima de las mujeres indias y las mujeres negras.

Categorías como indio, negro o blanco atraviesan la vida de las sociedades en muy distintos países y estas categorías se relacionan también con fenómenos económicos, culturales y políticos.

El establecimiento del orden colonial configura las condiciones para el desarrollo y el fortalecimiento del sistema capitalista.