Me quieres — estás segura —
No temo equivocarme
No me despertaré engañada
Una complaciente mañana
y descubriré que el Sol se ha ido
¡que los Campos — están desolados
y que mi Amor — se ha marchado!
No debo inquietarme —estás segura.
Nunca llegará la noche
En la que, asustada, corra a tu casa
Y encuentre las ventanas oscuras
Y mi Amor se haya ido —dime
¿Nunca llegará?
Claro que estás segura —sabes
Que lo soportaré mejor ahora
Si me lo dices así
Que si —cuando la Herida
haya sanado
¡Me hieres —otra vez!
EMILY DICKINSON, Poema 156