Ella intuye que los más enigmáticos, los anormales, los excéntricos y marginales, aquellos que en realidad despiertan su curiosidad, no van a aparecer por allí. Los que tienen algo que ocultar, los inestables, los que se avergüenzan de sí mismos, aquellos que se sienten superiores o inferiores al resto, no, ésos no estarán.