Conozco el mundo que se está formando, lo desapruebo y, sin embargo, participo en su construcción: esta es la tragedia del hombre moderno, perdido entre la búsqueda de su bien personal inmediato y la conciencia de los males que esa búsqueda acabará generando al final, desgarrado entre el sentido de la responsabilidad por el futuro de sus hijos, de su especie, y las limitaciones de una única vida. ¿Cómo conciliar el fin de mes y el fin del mundo, el pensamiento individual y el colectivo?