—Pero ¿a dónde vas, abu? No entiendo.
—A casa, amor —respondió—. Me voy a casa.
—Pero estás en casa —repliqué.
—No. —Abu negó con la cabeza—. Esta no es nuestra verdadera casa, chiquilla. Esta vida… pues es una gran aventura mientras estamos en ella. Una aventura que tenemos que disfrutar y amar con todo nuestro corazón antes de emprender la mayor aventura de todas.