El joven que se siente abandonado trata de ocupar el lugar que no encuentra, y ante las dificultades creadas debe organizar la vida por sí mismo partiendo casi de cero y de las emociones que debe inventarse con objeto de ocupar un hueco en su existencia.
El apartamiento que tiene de su familia le hace recordar insistentemente el tiempo que permaneció a resguardo entre ellos antes de que saliera del seno familiar para emprender estudios en otro país.
El panorama que encuentra una vez se siente desvalido y roto el cordón umbilical que le unía con los suyos hará que poco a poco vaya perdiendo la continuidad de la línea evolutiva que hasta entonces guiaba sus pasos para tener que configurar su propio cosmos y la existencia que sustenta con las impresiones y experiencias que va cobrando al paso.
El pesimismo que le invade gradualmente y el choque constante con la realidad que le abate hará que trate de hallar la solución que no encuentra; razón de que un día elevando la mirada al cielo comprenda instantáneamente lo que estaba necesitando y sea el título de esta novela: Solo las nubes dan permiso para tratar de entender algo de la vida que lleva.