Déjalo ir

Si sueltas un poco, obtendrás un poco de paz. Si sueltas mucho, tendrás mucha paz. Si sueltas completamente, alcanzarás la paz completa.
AJAHN CHAH

Soltar, en cambio, nos alivia de todo lo anterior. La mente se relaja y, libre de tensiones y de la energía que dedicamos a aferrarnos, sentimos una paz mucho mayor. Vemos las cosas tal cual son, despojadas de cualquier capa de miedo o ansiedad. Nos abrimos más al amor y a nuestros semejantes. Nos damos cuenta de que lo que buscamos cuando nos aferramos –seguridad, felicidad, alegría, paz mental– está ahí todo

primero tenemos que permitir ser la experiencia del aferramiento. Si no somos conscientes en primer lugar de que estamos agarrando una piedra, por ejemplo, no podremos relajar nuestro aferramiento.

debemos abordar el soltar no como algo que hacer, sino como un des-hacer el aferramiento. No se trata de intentarlo de alguna manera, sino de desarrollar las condiciones internas que contribuyan a que se relaje la mente, permitiendo que el soltar suceda.

podemos liberarnos del sufrimiento dejando de aferrarnos, soltando nuestras ideas acerca de cómo deberían ser las cosas, es decir, soltando nuestros deseos, temores y aversiones.

El principio del despertar espiritual reside en la comprensión de que no somos la voz en nuestra cabeza, sino quienes tenemos conciencia de dicha voz. S

El principio del despertar espiritual reside en la comprensión de que no somos la voz en nuestra cabeza, sino quienes tenemos conciencia de dicha voz.

Si sueltas un poco, obtendrás un poco de paz. Si sueltas mucho, tendrás mucha paz. Si sueltas completamente, alcanzarás la paz completa.

Suelta lo que no existe

soltar el apego a los pensamientos, así como a las emociones, que son el reflejo de nuestros pensamientos.